Si miramos a Italia, por ejemplo, los últimos datos de 2018 indican que los cuidadores son aproximadamente el 17,4% de la población (más de 8,5 millones de personas), el 15% de los cuales desempeñan el papel de cuidador de sus familias. La ley presupuestaria que entró en vigor el 1 de enero de 2018 reconoció por primera vez la condición de cuidador, definiéndolo como la persona que asiste y cuida al cónyuge, la otra parte de la unión civil entre personas del mismo sexo, de la persona que cuida de un pariente hasta el segundo grado (L. 27 de diciembre de 2017, No. 205).
TLa Asociación Italiana de la Enfermedad de Alzheimer (AIMA, 2016), en colaboración con el Instituto de Investigación Censis analiza la evolución de la condición de los pacientes y sus familias durante los últimos dieciséis años en una muestra formada por 425 cuidadores de pacientes de Alzheimer no institucionalizados (disponible online en: www.censis.it/7?shadow_comunicato_stampa=121049). Los resultados muestran que esta patología afecta principalmente a las mujeres y también que la edad de los cuidadores está cada vez más avanzada. Este estudio muestra que la presencia de trastornos del comportamiento en los pacientes es a menudo el elemento más desestabilizador y perturbador para el cuidador. El mismo estudio también dedujo que el cuidador, en promedio, dedica alrededor de 4,4 horas de asistencia y diez horas de vigilancia al miembro de la familia con discapacidad cognitiva. El cuidador también puede recibir ayuda de otros familiares (48,6%), personal externo (32,8%), o puede no recibir ninguna ayuda (15,8%). Claramente, para el cuidador que no recibe ninguna ayuda, las horas de asistencia aumentan considerablemente, al igual que el nivel de estrés. El compromiso constante del cuidador tiene efectos profundos, que parecen ser más graves cuando el cuidador es una mujer: El 80% de las mujeres, frente al 70% de los hombres, declaran fatiga, el 63% declaran que no duermen lo suficiente, el 45% sufren depresión, el 26% enferman a menudo. Muchos cuidadores también afirman tomar más drogas debido al compromiso que implica el cuidado del miembro de la familia con demencia; todo esto también tiene repercusiones en la dimensión socio-relacional de la vida del cuidador: En el 76% de los casos el cuidador interrumpe sus actividades extra-laborales, el papel del cuidado tiene un impacto negativo en las relaciones familiares para el 60% de los casos y en la amistad para el 45% de los casos.