Durante los últimos años se ha empezado a expandir una nueva forma de utilizar música y sonidos como vibraciones como una herramienta terapéutica. Este tratamiento no farmacológico está dirigido a pacientes con enfermedades neurodegenerativas o diferentes tipos de discapacidades cognitivas.
La terapia vibro-acústica consiste en un masaje creado con vibraciones. Es capaz de reducir el dolor, malestar, mejorar la calidad de vida de las personas que hacen uso de ella. Este tipo de tratamiento, el cual utiliza tonos de vibraciones sinusoidales a frecuencias pulsadas, se estudió primero en Noruega, Finlandia, Suecia y después en el resto del mundo. Oval Skille, uno de los padres de la terapia vibro-acústica, afirma haber encontrado beneficios para muchas enfermedades como las neurológicas (parálisis cerebral, esclerosis múltiple, Parkinson), las reumáticas, las ortopédicas (lesiones deportivas, dolores lumbares), las psiquiátricas (estrés, insomnio, estados de depresión), autismo, y también para estreñimiento intestinal y trastornos circulatorios.
En Italia, el profesor de música Riccardo Della Ragione ha desarrollado “The Magic Music Method” (MMM) el cual combina terapia de música sinérgica con terapia vibro-acustica.
La terapia vibro-acústica fue creada para dar al cuerpo el beneficio completo del sonido. En esta estimulación sensorial, el sonido y la música se ven como formas de abrir canales de comunicación, aumentar la actividad, desarrollar habilidades de relación, y ayudar con el proceso de la experiencia. Todo el mundo, incluso aquellos que nunca han recibido enseñanza musical, tendrá su propia experiencia despertada por la música; este experimento dentro de cada uno se convierte en material para el trabajo de los músico-terapeutas. Por lo tanto, cada persona es una persona rica en potencial para activar, alimentarse y desear ser respetado.
MMM fue objeto de estudios clínicos desarrollados por el Instituto de Fisiología Clínica del Centro Nacional de Investigación (CNR) de Pisa. Después de 20 años de investigación, esta nueva metodología que combina la escucha de la música y el estrés físico del sonido fue desarrollada para transferir a otros.
La mayoría de nosotros no sabemos que podemos recibir música y sonido incluso desde el cuerpo. La terapia vibro-acústica , en contrario, se basa precisamente en esta visión.
Esta terapia necesita una “chaise longue” o un banco como los del jardin sensorial. El sonido se transfiere en forma de vibración. Dado que nuestro cuerpo está compuesto en mayor parte por agua, es el perfecto transmisor de vibración de sonidos. La energía vibratoria, activando el movimiento de las moléculas, genera una especie de masaje tanto dentro como fuera. Todo el sistema se proporciona en un kit compuesto por una silla, o un banco, un reproductor de CD, un amplificador, un altavoz para difundir la música en el entorno.
La música propuesta debe ser previamente seleccionada por el terapeuta que dirige la sesión siguiendo un protocolo específico. La persona siempre estará acompañada durante la sesión y si surge algún malestar, el tratamiento se interrumpirá. Durante el tratamiento, el experto estará en contacto con la persona y le pedirá opiniones sobre sus sensaciones. Cada sesión es de entre 20 y 40 minutos y puede ser relajante o activador. Especialmente durante la primera sesión, será muy importante lo que observe el experto.
Este tipo de terapia no farmacológica se utiliza con personas con Parkinson, síntomas depresivos, y otras personas con demencia, ya que reduce los trastornos de comportamiento; mejora la relación entre familiares, el personal y el paciente. En general, promueve un contacto más humano, pacífico y harmonioso.