Evaluación de la carga de los cuidadores informales e intervenciones prácticas

Lamentablemente, la evaluación sistemática de la salud y el bienestar de los cuidadores familiares no pertenece a la rutina. Se ha demostrado que una evaluación proactiva y estructurada contribuye a descubrir su creciente desesperación y agotamiento. Los médicos en estrecha colaboración con los trabajadores sociales pueden desempeñar un papel crucial en:
• Identificación de factores que causan o exaltan el sufrimiento
• Incorporación de las necesidades y preferencias de los cuidadores en el planning del cuidado
• Mejorar la comprensión de los cuidadores sobre su papel
• Enseñar las habilidades necesarias para realizar las tareas de cuidado (p.ej. intervenciones psicoeducativas, entrenamiento de habilidades, asesoramiento terapéutico)
• eAlentar a los cuidadores a utilizar equipos técnicos que faciliten el funcionamiento independiente de las personas con demencia y reduzcan su dependencia de los cuidadores (p.ej. monitores caseros que alerten de actividades inusuales, recordatorios de voz, detectores de incendios e inundaciones, sensores de caída)
• Realizar evaluaciones periódicas longitudinales de los resultados de la atención tanto para el cuidador como para la persona con demencia.
Cabe destacar que las parejas casadas de más edad deben ser evaluadas conjuntamente, explorando su estado de salud y las demandas de cuidado en el hogar, mientras que no debe excluirse una evaluación adicional separada de la persona con demencia y del cuidador, si hay necesidad de comunicar información confidencial (p. ej., maltrato de ancianos, estrés del cuidador). El desarrollo de un plan de atención individualizado y coherente puede apoyar al cuidador informal. Podría incluir la provisión de alivio a corto plazo con un cuidador temporal en el hogar o un respiro en el hospital para permitir la estancia de la persona con demencia en un centro durante un período de tiempo, servicios complementarios y otras consideraciones. La atención temporal podría dar al cuidador la oportunidad de participar en comportamientos que promuevan la salud, como el ejercicio físico y otras actividades que mejoren la calidad de vida, especialmente a la luz de la negligencia de los cuidadores comunes de su propia salud