Estimulación cognitiva

La participación de personas con demencia en actividades y debates mejora el funcionamiento cognitivo y social. La forma más común de estimulación cognitiva abarca sesiones de grupo dirigidas por un coordinador, por ejemplo discusiones sobre el pasado, eventos del día, viajes o comida, juegos de palabras y cuestionarios. Cada vez hay más pruebas de que los programas de estimulación cognitiva mejoran la función cognitiva de las personas con demencia leve a moderada por encima de los efectos de los medicamentos. Los efectos positivos parecen mantenerse hasta tres meses después del final del tratamiento. Además, la calidad de vida y el bienestar, la comunicación y la interacción social también parecen mejorar, mientras que los efectos de la estimulación cognitiva sobre los trastornos del estado de ánimo, las actividades de la vida diaria, los comportamientos problemáticos o los resultados del cuidador familiar son bastante mínimos. Curiosamente, las formas informáticas de estimulación cognitiva han demostrado ser tan eficaces como las tradicionales.

Breve presentación narrativa de intervenciones no farmacológicas